A unos 15 kilómetros al sur de la frontera actual egipto-sudanesa, llamada también Batn-el-Haggar, (Vientre de piedra) se encontraban las fortalezas edificadas por los reyes egipcios de la XII Dinastía.
Mirgissa, fue explorada por primera vez por el Inglés Sir Henry Lyons en 1892. Como consecuencia de la construcción de la presa de Asuán, la Misión Arqueológica francesa en Sudán, dedicó sus esfuerzos a la exploración de yacimientos arqueológicos en la región que en 1964, iba a quedar cubierta por las aguas.
Las excavaciones en la antigua fortaleza egipcia de Mirgissa comenzaron en octubre de 1962. Este lugar, era uno de los más importantes de la región amenazada, tanto por su extensión como por la importancia de los vestigios que contiene. Además de las fortificaciones, las excavaciones revelaron los restos de dos ciudades, dos cementerios y una gran pista utilizada para llevar los barcos durante la recesión del Nilo. La construcción de la presa de Assuán causó la desaparición de este importante yacimiento que se encuentra ahora bajo las aguas del lago Nasser.
Fuente de la foto: http://nubie-international.fr/accueil.php?a=page166000
Aunque lo más curioso que revelaron las excavaciones, fue el hallazgo de un conjunto de objetos que datan de mediados del Imperio Medio (2000-1800 a.C .), que reflejan rituales de magia dirigidos contra los enemigos extranjeros o foráneos de Egipto.
Los curiosos rituales llamados de execración, que en su mayoría tuvieron que ver también con vasijas rojas. Hasy que destacar es que estos vasos eran de color rojo bastante intenso, color, que en el A.E. es principalmente el del desierto y, por extensión, la de los extranjeros enemigos o sethianos. Este color parece ser un elemento adicional de identificación y participación en el marco del hechizo ritual.
Sobre el rito de romper las vasijas, ya tuvimos un pequeño avance en un artículo sobre la tumba memfita de Horemheb:
La tumba menfita de Horemheb (o sea la de Saqqara ;D) IV
La misión dirigida por Jean Vercoutter descubrió en el desierto que rodea la ciudad, un agujero con unos 3500 fragmentos de vasos de cerámica, algunos escritos y otros sin inscripciones. Los textos son referentes a la execración. En ellos se encuentran los nombres de los países y príncipes extranjeros de los que los egipcios querían protegerse. Su propósito era al parecer es una forma de magia ritual diseñada para maldecir a los enemigos de Egipto. Es probable, que una vez escrito el texto sobre el vaso, se rompiera y sus lascas fueran lanzadas sobre esta fosa.
Los textos almacenados en Mirgissa escritos en hierático pertenecen a lo que se llama "textos de hechizo" o “execración”. El agujero, se trataba de un hoyo delimitado que tenía unos 2 metros de diámetro en superficie, 1 metro de fondo, y una profundidad de 68 centímetros Esencialmente se encontraron vasijas pequeños, en su mayoría rotos uno sobre el otro, que contenían pequeñas bolas de tierra, patos, barcas de formas diversas, modelos de miembros humanos (cabezas, brazos y pies), así como animales variados: bóvidos, serpientes, cocodrilos, etc.
A poco más de 4 m. de este hoyo encontraron un grupo de objetos que constan de un cráneo humano invertido (al parecer después de haber sido colocado en un recipiente) rodeado por fragmentos de cera de color rojo, testigos probables la destrucción de un número de figuras hechas con este material, una hoja de pedernal y el recipiente de cerámica.
Este cráneo sin duda pertenece a uno de los esqueletos sin cabeza enterrado un poco más tarde en una tumba poco profunda marcada por unos pocos bloques de granito. Lo cual puede indicarnos que este ritual de Mirgissa fue acompañado por una matanza. Dado el contexto, es tentador ver a un prisionero de guerra y, muy probablemente otra vez por el contexto, un nubio, pero en realidad no podemos tener certeza sobre el tema.
Aproximadamente a unos 11 metros al Noroeste de donde se encontró el cráneo, enterradas en medio de la arena, se hallaron tres figurillas de prisioneros esculpidos en caliza, cubiertas de textos hieráticos pertenecientes a la XII Dinastía. Una de ellas, la que estaba más próxima de la superficie estaba completamente fragmentada, pero las otras dos se encontraban en buen estado.
Para dar un ejemplo del contenido de estos textos podemos ver el ejemplo que se inicia con varios príncipes de la zona geográfica en que se encontraron: Príncipe de Kush, Triah, nacido de Kany, nacido de Kaa y todos los que lucharon con él, el príncipe de Shaât, (es decir, Sai), Khasa, nacido de Ishtéken llamado Wapis y todos los que lucharon con él. El príncipe de Obatsépet ,Bâkoayt, apodado Tjaï, nacido de Ihasy, nacido de Onkat, y todos los que lucharon con él. El Medjay Wahib, nacido de Iohi, nacido de Onkat y todos los que lucharon con él, el príncipe de Aosheq y todos los que lucharon con él.
Georges Posener llegó a la conclusión de que los textos que llevan podría ser un modelo enviado desde Egipto, ya que parece poco probable que los líderes de la fortaleza hayan sido dueños de una lista tan precisa de los príncipes y el Almanaque del Gotha de la época.
Otro caso eran los más estándar como éste que incluye a “Todos los nubios de Kush, de Shaât, de Obatsépet, Inut, sus guerreros de élite, sus correos y todos los que se alíen con ellos, sus confederados, los que se rebelarían, los que combatirían, los que tienen la intención de combatir, los que tienen la intención de rebelarse, en este país entero”. Luego están los de la sección egipcia, ya que los nombres lo son .
Por lo que a mí me parece, se trata de defenderse de unos determinados espíritus de gente muerta de la fortaleza, que por algún motivo pensaban que andarían pululando por allí. En este caso se añade el nombre de su madre o de sus nodrizas. “En Mirgissa serán combatidos el muerto Imeny al que amamantó Satbastet, el que acunó Sathathor, hija de Neferu. O al muerto Sesostrisseneb el joven, apodado el pequeño, al que amamantó Satip hija de Sathathor, al que acunó Kemu hijo, de Sathathor”
No podemos establecer una relación de equivalencia entre las vasijas rojas rotas en los ritos de execración en los rituales de Mirgissa y lo que vemos representado en relación con la ruptura de las vasijas rojas de los ritos funerarios en las tumbas del Reino Nuevo. Nada sugiere que las vasijas de Mirgissa hayan tenido que ver en un contexto funerario, sino con ritos mágicos.